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Tipos de relación médico-paciente: un contrato irrompible

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Como profesionales de la salud, sabemos que la relación médico-paciente es una suerte de contrato implícito y de libre albedrío basado en la comunicación, la confianza y la disposición de las partes para lograr objetivos comunes, ya sea en el ámbito preventivo o en un proceso de rehabilitación o de curación. 

En ese sentido, existen varios tipos de relación médico-paciente que varían en cada situación particular. Si bien pueden aplicarse técnicas comunes, cada paciente es único y debe ser tratado con un modelo de relación médico-paciente exclusivo y de acuerdo a cada caso.

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De igual manera, existe un cambio de paradigma en la actualidad en cuanto a la relación médico-paciente. En los últimos años, los pacientes dependen cada vez menos de sus médicos para acceder a recursos sanitarios e información en general debido a la existencia del Internet. Por ejemplo: los pacientes suelen buscar en Internet en cuanto presentan ciertos síntomas y, dependiendo de la información que consigan, pueden incluso decidir si asistir o no a consulta médica. En todo caso, si bien los pacientes podrán obtener información y solicitar análisis o estudios de forma online, de igual manera necesitarán asesoramiento por parte de profesionales de salud. 

Ante este paradigma, los profesionales de salud requieren nuevas formas para tratar con sus pacientes que precisamente respondan a las circunstancias del momento. A continuación, te explicamos cuáles son los tipos de relación médico-paciente que existen y cómo enfrentarse ante este nuevo paradigma en el cambio de dicha relación. El conocimiento de estos aspectos te permitirá ofrecerle a tu paciente una asistencia médica de calidad.

Modelos de relación médico-paciente

La transformación tecnológica exige un cambio en las concepciones pasadas y hace necesario analizar, desde esta nueva perspectiva, los diferentes modelos sobre la relación médico-paciente. A continuación colocamos la clasificación de dichos modelos.

Modelo dominante

En esta premisa es el paciente quien pide o exige que, de acuerdo con el diagnóstico presentado, se le efectúen determinados diagnóstico terapéuticos específicos. Este modelo se suele dar cuando el médico tratante no es muy experimentado en el área. En estos casos la autonomía del paciente para decidir puede llegar a ser perjudicial.

Modelo paternalista

Es aquel donde predomina la autoridad única y absoluta del médico, que dirige las acciones a tomar e indica y/o realiza los procedimientos diagnósticos terapéuticos de manera autoritaria. Mientras el paciente sólo obedece las indicaciones, sin que se tome en cuenta su opinión, sus dudas o miedos, llegando a vulnerar sus derechos de libertad y autonomía.

Modelo de responsabilidad compartida

En este modelo, la comunicación es un aspecto aún más importante. El médico informa y actualiza, constantemente, al paciente y a su familia todo lo relacionado con su enfermedad, el diagnóstico, el tratamiento y el pronóstico, así como sobre las posibles complicaciones. Al contar con un buen proceso comunicativo, el médico aclara dudas y calma los temores del paciente. Este método es ideal porque hay una verdadera y óptima relación médico-paciente.

Modelo mecanicista

En este modelo, la relación se lleva a cabo a través de protocolos de acuerdo a normas y reglas administrativas estrictas. Al paciente no se le da la libertad de elegir al médico tratante y no siempre es atendido por el mismo profesional de la salud. Esta situación obstaculiza y pone una barrera en la relación médico-paciente. Este prototipo es muy común en la medicina institucional y en compañías de seguros.

Modelo interpretativo

La finalidad de este modelo es descubrir y delimitar el objetivo del paciente. El médico le orienta sobre todo el abanico de posibles intervenciones médicas disponibles de acuerdo a su patología, y lo ayuda a decidir entre aquella que vaya más acorde con su diagnóstico y su recuperación. Además le informa sobre los riesgos, ventajas y desventajas de cada procedimiento.

Modelo deliberativo

Bajo este modelo, el médico y el paciente trabajan en conjunto. El papel del médico, en este caso, es el de solo guiar y evitar cualquier forma de coacción. La decisión final de las acciones a tomar deben ser el resultado de un verdadero acuerdo que esté enmarcado y basado en el respeto y la consideración de ambas partes.

Modelo informativo

Es conocido también como modelo científico o modelo técnico. En este caso, la relación está fundamentada en un acto meramente informativo. El rol del médico será ser un suministrador de información veraz y relevante para que el paciente pueda elegir la intervención que desee. La información debe estar justificada sobre su patología, los posibles diagnósticos, los tipos de intervenciones, riesgos, ventajas y desventajas.

Modelo negociador

En este tipo de relación, el médico y el paciente discuten las distintas opciones de tratamientos relacionados con su patología. Cada uno expone sus puntos de vista e intentan convencer al otro. Cuando esta relación es positiva, se evitan posibles conflictos futuros entre ambas partes.

Modelo de apoyo

En este modelo, el paciente o el cuidador son los que toman las decisiones, pero el médico se involucra para brindarles apoyo y seguridad, de modo que comprendan que no están solos en el proceso que hayan elegido.

Modelo auto dirigido o consumista 

En este tipo de relación, el paciente elige actuar de forma autodirigida y asume completamente la responsabilidad de sus decisiones. Este modelo impulsa un gran compromiso del paciente y es habitual en patologías que amenazan la vida.

Es importante acotar que no hay ningún modelo de comunicación que pueda tomarse como único o estándar. El enfoque ideal para generar una buena relación médico-paciente dependerá de cada paciente en específico.

¿Cómo enfrentar el reto ante el nuevo paradigma en la relación médico-paciente?

Los médicos tienen el gran reto de mejorar o adquirir nuevas capacidades para transmitir confianza a sus pacientes. Aunado a esto, debe ir a la par con los avances tecnológicos en materia de salud digital y así elegir las mejores prácticas que sean de utilidad, tanto para el profesional de la salud como para el paciente. Este híbrido generará seguridad y afianzará los diferentes tipos de relación médico-paciente.

Tiempo atrás, el médico trabajaba solo con los datos que el paciente le proporcionaba y se basaba en la exploración de los signos y síntomas de la posible enfermedad. Los análisis y pruebas de gabinete se solicitaban para establecer los diagnósticos o para corroborarlos. Ahora, ante los cambios tecnológicos, los médicos deben hacer uso de métodos más eficaces de diagnóstico debido a que los pacientes buscan respuestas y soluciones rápidas a su padecimiento.

Actualmente, si el médico desea crear o mantener cualquier tipo de relación médico-paciente, dependerá no solo de sus conocimientos científicos sino también de sus habilidades psicológicas para acercarse al paciente y ganar su confianza. La comunicación y el feedback entre el médico y el paciente dependerá de cómo se forma la personalidad con respecto a la disposición de corregir o mejorar los objetivos que ambos tienen en común.

Si bien la tecnología está transformando los tipos de relación médico-paciente, es importante considerar que esta no dejará de existir, pues desde sus inicios ha sido un pilar dentro de la atención sanitaria. Recordemos que un médico debe “curar a veces, aliviar a menudo, consolar siempre”.

 

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