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Ficha clínica para kinesiólogos

Al momento de escoger un oficio es necesario conocer muy bien cuáles son tus intereses. En el caso de que te guste trabajar con otras personas en el área de la salud, la kinesiología es una gran opción.

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La kinesiología es una disciplina que se relaciona directamente con el cuerpo y la mente. En ese sentido, es un tipo de terapia que puede tratar afecciones motrices utilizando un enfoque integral desde la parte física y la mental. 

De esta manera, si hay alguna dolencia, la kinesiología busca la manera de corregirla mediante ejercicios y terapias emocionales. La idea es que el paciente adopte una rutina saludable, en la que por supuesto interviene la alimentación. Como vemos, hay de todo un poco en esta profesión.

Partes de la ficha clínica para kinesiología

Lo más importante que debe lograr un kinesiólogo es el automanejo del paciente. Para ello es fundamental que registre todo en una ficha, que debe precisar los siguientes aspectos o elementos: 

  1. Datos personales: es lo básico y es una forma de conocer a tu paciente. Comenzamos por el nombre y el apellido completo, el número de identificación, la dirección, el teléfono (particular y celular), la fecha de nacimiento, la edad, la profesión u ocupación. 
  2. Antecedentes: si sufre de tensión arterial alta o baja, diabetes, fumador, algún problema cardíaco, artrosis, artritis u otros. Este tipo de información es vital para determinar el tratamiento ideal para el paciente y descartar aquellos que no sean compatibles con su condición de salud.
  3. Antecedentes familiares: puede que el paciente no presente alguna de las condiciones anteriormente mencionadas, pero un familiar directo sí. Es el caso de los padres, los abuelos o los hermanos. En este punto es bueno indagar un poco en la historia personal porque un dato que se pierda y sea relevante impedirá que el diagnóstico sea preciso. 
  4. Medicamentos: cuáles son las pastillas que toma y por qué. Precisar esta información te permitirá saber otras condiciones médicas del paciente y cómo estas pueden aliviarse a través de la kinesiología.
  5. Motivo de la consulta: preguntar por qué decidió asistir a la consulta. Dónde está ubicada la molestia, por cuánto tiempo ha sufrido este cuadro, qué ha hecho para mejorarlo (en caso de que haya asistido a otro especialista). 
  6. Evaluación kinésica: valoración de los músculos y los huesos del paciente. Se registra las aptitudes físicas (fuerza, estabilización, equilibrio, flexibilidad), los patrones de movimientos (para detectar posibles desbalances, acortamientos, disminución del rango de movimiento) y la postura (con el fin de observar si hay alguna posición que pueda aumentar el dolor de una lesión anterior o que precisamente sea el detonante de una nueva molestia).
  7. Plan de tratamiento: paso a paso detallado de las opciones de tratamiento y los posibles efectos secundarios, así como la duración tentativa de todo el procedimiento. Igualmente puede incluir costos y las consultas de seguimiento después de que la etapa inicial culmine. 
  8. Objetivos de tratamiento: el primero será aliviar el dolor, pero eso va de la mano con la mejora del sistema cardiovascular, el mantenimiento de la movilidad y la flexibilidad, el desarrollo del tono muscular, el aumento de la confianza para que el paciente se involucre en nuevas actividades y retome el control de su vida. La idea es que se logre un bienestar general y se reduzcan los miedos. 
  9. Contrato: es necesario que el paciente esté al tanto de todo lo que ha pasado en la consulta, por ende se recomienda incluir un párrafo final en el que se deje constancia de que entendió la explicación del especialista y la afección que este diagnosticó, los riesgos que pueda correr en el futuro, el tratamiento más conveniente y las otras opciones que evidencian resultados favorables, pero que no son las más convenientes para el caso. Por tal motivo acepta el indicado por el profesional. 
  10. Firma del paciente: Este elemento es fundamental para poder garantizar la legalidad del documento. Recuerda que la ficha clínica es, al final, un documento en el cual se reúne información de vital importancia en cuanto a la salud del paciente, por lo que este debe ser consciente de toda la información allí contenida. La firma es el elemento fundamental para garantizar y demostrar su consentimiento. 

Una vez que hayas recogido todos esos datos, conoces bien la sintomatología y ya estás capacitado para iniciar el tratamiento. Además, el paciente aprenderá más sobre sus molestias y sabrá identificar cuáles son los movimientos que no debería hacer, los cuidados a tener en cuenta, los medicamentos e iniciar una nueva rutina que lo mantendrá en la mejor condición física y emocional posible. 

En suma, si tienes un centro de kinesiología, asegúrate que este cumpla con todos los requerimientos y elementos que debe contener una ficha clínica. De esta manera, no solo ganarás confianza dentro de tu público objetivo y, por ende, mayor fidelización, sino que también podrás cumplir con la normativa legal necesaria para llevar a cabo tu operación sin inconvenientes.

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