El derecho a la salud
Los derechos humanos son una serie de concesiones históricas que determinan la condición de respeto e igualdad en cuanto a la protección de la vida de los seres humanos. Están fundamentadas en la dignidad humana como valor más importante y son indispensables en el desarrollo de la vida de toda persona.
Los derechos humanos tocan cada una de las esferas de nuestra existencia, y en esa medida están presentes en cada uno de los ámbitos en los que nuestras vidas se desarrollan: educación, seguridad, identidad, género, etc. Entre los derechos más importantes se encuentra el derecho a la preservación de la salud y el bienestar. Conoce en este artículo qué es este derecho y cómo se relaciona con la protección de la salud humana.
Qué es el derecho a la protección de la salud
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el derecho a la protección de la salud trata de garantizar el disfrute del mayor grado de salud que pueda ser logrado por todo ser humano sin que medie ningún tipo de restricción o discriminación. Este grado mayor de salud trae consigo un acceso oportuno y de calidad a los servicios de salud, además de la garantía del ejercicio de este derecho bajo el principio de no discriminación e igualdad que deberá ser garantizado por los Estados.
Derecho a la salud en los Derechos Humanos
Como derecho fundamental, el derecho a la protección de la salud es parte importante de los derechos humanos y está relacionada estrechamente con el compendio de los demás derechos, es decir, depende enteramente de la realización de los otros, así como los otros dependen de él. Por lo tanto, sería imposible pensar entonces en la existencia del derecho a la protección de la salud sin pensar en la garantía de otros derechos fundamentales como el derecho al agua o a la alimentación.
Como derecho humano fundamental, el derecho a la protección de la salud cuenta con un documento legislativo que se promulgó hace más de 60 años: La Constitución de la Organización Mundial de la Salud, firmada el 22 de julio de 1946 por los representantes de 61 Estados.
Dichos Estados se comprometieron a honrar una serie de principios básicos en cuanto a la salud que determinan la felicidad y vida armoniosa de los pueblos. Esos principios son:
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La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades.
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El goce del grado máximo de salud que se pueda lograr es uno de los derechos fundamentales de todo ser humano sin distinción de raza, religión, ideología política o condición económica o social.
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La salud de todos los pueblos es una condición fundamental para lograr la paz y la seguridad, y depende de la más amplia cooperación de las personas y de los Estados.
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Los resultados alcanzados por cada Estado en el fomento y protección de la salud son valiosos para todos.
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La desigualdad de los diversos países en lo relativo al fomento de la salud y el control de las enfermedades, sobre todo las transmisibles, constituye un peligro común.
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El desarrollo saludable del niño es de importancia fundamental, y la capacidad de vivir en armonía en un mundo que cambia constantemente es indispensable para este desarrollo.
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La extensión a todos los pueblos de los beneficios de los conocimientos médicos, psicológicos y afines es esencial para alcanzar el más alto grado de salud.
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Una opinión pública bien informada y una cooperación activa por parte del público son de importancia capital para el mejoramiento de la salud del pueblo. Los gobiernos tienen responsabilidad en la salud de sus pueblos, la cual sólo puede ser cumplida mediante la adopción de medidas sanitarias y sociales adecuadas.
¿Quién garantiza este derecho?
Como ya mencionamos, cada Estado es el encargado de garantizar a su población el derecho a la protección de la salud a través de legislaciones, campañas y políticas determinadas por sus realidades. Sin embargo, existe un organismo rector de estás políticas, que funciona como principal garante del cumplimiento de este derecho. Este Organismo es la Organización Mundial de la Salud, promulgada en 1945. La OMS inicia su actividad en 1948, y entre sus funciones como garante del cumplimiento del derecho de la protección a la salud están:
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Ser autoridad directiva y coordinador de asuntos de sanidad internacional.
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Coordinar la colaboración eficaz con las Naciones Unidas, los organismos especializados, las administraciones oficiales de salubridad y las agrupaciones profesionales para garantizar el derecho a la protección de la salud.
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Asesorar y apoyar a los gobiernos para fortalecer sus servicios de salubridad.
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Proporcionar ayuda técnica adecuada y prestar colaboración a los gobiernos en casos de emergencia, como ocurrió con la pandemia del coronavirus.
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Proveer recursos de salubridad.
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Estimular y adelantar estudios y acciones para contener enfermedades epidémicas, endémicas y de potencial pandémico.
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Promover la cooperación de otros organismos especializados para el mejoramiento de otros derechos como la nutrición, la habitación, el saneamiento, la recreación, las condiciones económicas y de trabajo, y otros aspectos de la higiene del medio.
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Impulsar la cooperación entre las agrupaciones científicas para mejorar la salud.
Como verás, el derecho a la protección de la salud cuenta con un organigrama específico para su cumplimiento y garantía, que va desde organizaciones internacionales como la OMS, declaraciones históricas importantísimas como la de los derechos humanos, documentos como la constitución de la OMS, o acciones o políticas determinadas por estados y gobiernos.
Sin embargo, el cumplimiento de este derecho a la protección de la salud y el bienestar toca muchos niveles de acción. Si eres profesional de la salud o regente de alguna empresa prestadora de servicios de salud, también deberá ser fundamental para ti la búsqueda de ese estado completo de bienestar físico, social y mental. Inspírate en estos valores y lograrás prestar un servicio que esté a la altura de ser un garante más de este derecho humano fundamental tan importante.
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