A lo largo de la historia, el psicólogo ha sido siempre dibujado como sinónimo de psicoterapeuta. Lo que gran parte de la población desconoce es que, si bien todos los psicoterapeutas fueron previamente psicólogos, no necesariamente son lo mismo.
La psicología tiene tantos cursos de acción, vertientes y objetos de estudio como peces en el mar. Un psicólogo social o un psicólogo de consumo no aplicarán nunca herramientas psicoterapéuticas, simplemente porque no es parte de su quehacer diario ni mucho menos de su formación académica.
En este sentido, señalamos al psicólogo clínico cómo aquel ‘cliché’ de psicoterapeuta tan a menudo reflejado en la cultura pop, los libros, películas y documentales. Con o sin diván, es aquel especialista de la salud al que solemos acudir cuando tenemos un problema que afecta varias aristas de nuestra vida.
Ahora, es también importante señalar que el estereotipo del diván, Freud, y las fijaciones con la madre y el Complejo de Edipo son poco más que eso: un estereotipo. En la realidad, existen muchas ramas que afrontan la psicoterapia en función de un distinto modelo teórico y herramientas terapéuticas.
¿Qué hace un psicólogo clínico?
Como mencionamos con anterioridad, el psicólogo clínico es, básicamente, un psicoterapeuta. Su nombre tiene poco y nada que ver con trabajar en un ambiente hospitalario, sino más bien con el ejercicio de la clínica psicoterapéutica.
El psicólogo clínico se encarga de lidiar con las diversas problemáticas que aquejan a sus pacientes. Estos pueden desenvolverse en distintos ambientes laborales, desde su consultorio, pasando por instituciones educativas, deportivas, y también hospitalarias.
Cada psicólogo clínico deberá formarse previamente en alguna vertiente de la psicoterapia, siendo las más comunes el psicoanálisis, la psicoterapia cognitivo-conductual, la psicoterapia gestalt, o el psicodramatismo.
En este sentido, el psicólogo clínico estudiará el motivo de consulta, los síntomas, y el discurso de sus pacientes/clientes en función de su formación y modelo teórico; apoyándose también en este para el diagnóstico, curso de acción, y enmarcación de cada caso.
¿Cuáles son las herramientas del psicólogo clínico?
Entrevista
En primera instancia, la entrevista surge como el pilar básico de la psicoterapia. Desde el primer momento en el que se delimita el motivo de consulta y los datos e historial del paciente/cliente, la relación laboral se basará en una entrevista constante.
Es por eso que el psicólogo clínico deberá desarrollar una escucha activa, en la que sea capaz de identificar las emociones subyacentes al discurso de su entrevistado. Además, le servirá para guiar la sesión de psicoterapia y enfatizar en puntos de interés.
El psicoterapeuta deberá entrenarse en el estudio del lenguaje corporal y empatizar con su paciente/cliente. Saber cuándo realizar pausas, cuándo seguir indagando y cuándo no, y sobre todo discriminar la información relevante.
Para tomar nota de toda la información obtenida en la entrevista, lo más simple y útil es utilizar un software de historia clínica electrónica como AgendaPro.
Evaluación
El psicólogo clínico deberá contar con herramientas de evaluación psicológica. Puede apoyarse en el uso de baterías de pruebas psicométricas o proyectivas para su posterior análisis e interpretación de los resultados.
Es importante agregar que el cliente/paciente está en el derecho de recibir informes periódicos con dichas evaluaciones e interpretaciones de resultados, sin mencionar que las mismas deben ser relevantes para la resolución de su problemática.
Tareas
Algunas corrientes de la psicoterapia consideran positivo asignar tareas a sus pacientes/clientes. Esto los convierte en parte activa de su proceso terapéutico, además de establecer una responsabilidad y compromiso adicional.
Claro está que las tareas deben tener un objetivo específico. Bien sea empoderar al paciente/cliente, ayudarlo a realizar el proceso de insight, o enfocarse en algún aspecto particular de su vida (por ejemplo, el manejo del tiempo).
Juego de Roles
La mayoría de las vertientes psicoterapéuticas consideran el juego de roles como una de sus herramientas de cabecera. Mediante esta práctica, el paciente/cliente puede empatizar con otra persona o consigo mismo, además de vocalizar emociones o pensamientos a los que de otra forma sería casi imposible acceder.
El paciente/cliente podrá ponerse en lugar de la persona o personas con las que presenta un conflicto, o bien ‘mirarse desde afuera’ y así entender mejor su situación o postura actual. Esta es una de las herramientas más poderosas de la psicoterapia.
Trabajo Interdisciplinario
Contrario a lo que se piensa comúnmente, el psicólogo clínico deberá apoyarse en otros profesionales del área de la salud para desarrollar un enfoque holístico de la problemática presentada por el cliente/paciente.
Los psicólogos clínicos podrán conformar un equipo de trabajo con psiquiatras, entrenadores personales, maestros, padres, nutricionistas, e incluso abogados, dependiendo de las necesidades y situación en cuestión.
En conclusión, el psicólogo clínico podrá contar con un abanico distinto de herramientas dependiendo de la corriente psicoterapéutica de su formación y ejercicio laboral, y el mismo debe ser considerado un profesional independiente del psicólogo general.
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